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martes, 16 de agosto de 2011

Respuesta 11

El caso es que creo no haberme expresado bien cuando hablaba del Imperio británico. Los aspectos coloniales que tan bien destacas, Rober, son tan sólo una parte (por cierto, los aborígenes australianos no sólo no eran reconocidos como ciudadanos, sino ni siquiera humanos, a esto no llegó ni la Santa Inquisición ni la pirada de su fundadora, y en cuanto a lo de las mantas, no fueron los únicos, los franceses también lo hicieron el su parte de la actual Yankilandia). La actitud inglesa ante el mundo parece formar parte de sus genes y a la historia menos reciente me remito y lleva en sí misma la podredumbre del mercadeo infame, la piratería y el desprecio. La, en algunos, pocos, aspectos, brillante cultura del Reino Unido de la Gran Bretaña, no evita cuanto afirmo, todo lo contrario, los aspectos en que esta cultura, literatura, por ejemplo, más fastuosos son aquellos en que los autores ponen en solfa la propia forma de vida y pensamiento ingleses. Inventaron las peores formas de liberalismo y neoliberalismo, por supuesto, y dado que nunca les han preocupado “realmente” las clases menos favorecidas, siguen en su actitud de mercadeo infame, añadamos que servil también. El país que brota ahora es consecuencia de la semilla de Doña Margarita, la mujer de hierro. Observa que no digo Dama, la última Dama inglesa fue….Leonor de Aquitania, ah, ¡que fallo! Era francesa.

Pe-jota: España ¿Cuándo no ha sido una olla a presión? Desde los pobres godos, que si lo saben no vienen y se pasaron la vida intentando controlar a los vascones, hasta las actitudes ante el crimen del 11 M, España es siempre un polvorín. Que estalla cuando conviene a ciertos, siempre los mismos, poderes fácticos. Vamos: un país en el que hay que tomar partido por que de todo hay dos y excluyentes: toreros, copleras, equipos de fútbol, hasta imágenes religiosas, partidos políticos y lo que es peor, estamos dispuestos a sacar la faca para defender que la Pantoja es mejor o peor que la Jurado. Lo que ocurre es que estamos acostumbrados y sólo cuando conviene a esos poderes fácticos se hace que miremos a nuestra esencia.

Carlobito, gracias por tus elogios. Lo malo es que todavía no nos hemos dado cuenta nadie de lo intrisecamente perversos que son los principios en que se asienta el Imperio Servil actual y lo copiamos directamente.

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